Extracto de algunas ideas de María Jesús Lamarca sobre internet y la propiedad intelectual

La Red y el hipertexto han hecho incierto el futuro del que hasta ahora era un concepto inmanente al de la creación de una obra: el de la autoría. Cuando un documento entra en la red, le resulta imposible escapar de las más variadas modificaciones a las que el lector cibernauta lo quiera someter.

Ineternet, es además el embrión de otro fenómeno. Hasta ahora, desde que un libro empezara a dibujarse en la imaginación del prójimo hasta llegar a las manos del consumidor, un sin fin de personas tomaban parte en el proceso: editores, maquetadores, transportistas, tenderos… Hoy, con el mero hecho de tener acceso a una ventana al mundo digital, el autor de una obra podrá concentrar dichas tareas en único individuo: su persona.

Y es que con el hipertexto la obra se socializa: cualquiera, pulsando una combinación sagrada para todo estudiante de las teclas CONTROL, V y C, puede dar comienzo a un proyecto que, a posteriori, modificará el texto primigenio, creando un nuevo documento.  El concepto de autoría y las normativas sobre la propiedad intelectual habían acabado con este fenómeno. Ya en la cultura clásica era habitual que el tejedor de un texto (valga la redundancia) utilizara y recreara creaciones ajenas. Y gracias a ello, hoy podemos mostrar orgullosos ante nuestro invitados curiosos adornos de estantería como las gestas homéricas y los canones sagrados, guardianes celosos de la palabra de Dios.

Es por ello, que en la World Wide Web el acceso se antepone a la propiedad. Los vetustos esquemas del mundo impreso, gracias a Tim Berners Lee, no son viables en un mundo digital.

La propiedad intelectual en la era digital

Según Raquel Xalabarder, profesora de de los Estudios de Derecho y Ciencias Poíticas de la Universitat Oberta De Catalunya, “nuestro régimen de propiedad intelectual está pensado para un mundo analógico, de obras impresas y tangibles, y la tecnología digital hace chirriar esta estructura.” Es, cuanto menos incierta, la situacion de la propiedad intelectual de las obras en un nuevo espacio comunicativo cuyo más pujante medio está resultando ser internet: un medio digital.

Con internet, el problema es que el autor pierde cuasi completamente el control de la explotación de su obra. Aunque antes este control no fuera total, sí que se podía mitigar dicha fatal de control mediante mecanismos de compensación tales como los canones a la hora de hacer fotocopias o de comprar casets. Hoy, los contenidos en la red de redes viajan de un lugar a otro sin ningún control posible. He ahí otro de los porblemas: los contenidos viajan sin importar fronteras físicas ni políticas. Es aquí donde el el derecho internacional entra en juego. ¿Qué legislación se ha de aplicar? ¿Dónde se comete la infracción, cuando internet es un fenomeno global y transnacional?

Dentro de nuestras fronteras europeas, se acordó la entrada en vigor de la Directiva sobre Derecho de Autor en la Sociedad de la Información, Directiva 2001/29/CE, que buscaba principalmente homogeneizar las diferentes legislaciones de los estados miembros. Mendiante esta directiva y otros tratados, se ha buscado proteger las medidas tecnológicas que controlan el acceso y que impiden o limitan la copia. Es decir, que si no se paga, se identifica uno y explica qué quiere hacer, no podrá acceder a la obra, y por el precio pagado, sólo se podrán hacer dos copias. Esto entraría en conflicto con el concepto tradicional de propiedad intelectual, la cual protegía la obra de la explotación comercial, y no el uso.

Otros documentos y páginas de interés

Referencias

  • Ponencias de Raquel Xalabarder, José Neri y Mariá Capella en el Insitut de Cultura de la Universitat Oberta de Catlunya (24 de abril, 2002). Fecha de consulta: 23 de spetiembre de 2009, 19: 00. Cogido de: http://www.uoc.edu/culturaxxi/esp/sessio3.html
  • Sobre el futuro de la “cultura escrita”, del libro (y de la industria editorial). Andrea Naranjo (19 de febrero de 2008). Fecha de consulta: 23 de spetiembre de 2009, 19: 21. Cogido de: Entre cables, sueños, cemento y piel.